Ya se fue otro mes, (o más)... septiembre, el mes que recordaré toda mi vida como el mes de la manifestación, en el qué hicimos que la ciudad viviera un tráfico infernal, en el que dormí afuera de la Secretaria de Educación y la presidencia municipal, en el que hicimos que DRSE no laborara dos días, y así, el mes en el que me di cuenta que no soy tan frágil como parezco, que mi pequeñez sólo es física y que realmente no soy una persona fácil de callar.
Me cansé, me estresé, quise matar o al menos golpear a más de uno, pero no lo hice. Ya regresé a clases y pienso hacer todo de la mejor manera; no tengo fotos, pero más de alguno tendrá, se las pediré y podré enseñárselas a mis hijos cuando crezcan y decirles, si van a ser rebeldes háganlo bien (bueno, eso último es una vil mentira)
En fin, septiembre fue un mes cansado, pero importante.
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