Llevo varios minutos tirada en la cama mirando las figuras en el techo, escuchando esa música que es bonita por el simple hecho de sentir como se transporta el sonido de un lado a otro de mi cabeza, me siento tranquila, me siento en paz, pero también me siento mal por él. Es feo sentir esto y pensar "perdiste esas cosas que amabas... y a mí". En estos momentos es cuando, supongo, malinterpreté todo y entiendo que trataste de decir "disculpa, ahora he perdido esto también" pero yo no puedo cambiar nada, no soy parte del problema, soy sólo una pieza del rompecabezas... esa pieza que se pierde.
Es hora de un cambio, porque yo soy de esas personas que cambian cuando no saben qué hacer, cambio mi aspecto: el color o la forma de mi cabello (algunos consideran que es autodestructivo, pero yo no lo creo), cambio las paredes o el acomodo de los muebles, cambio todo... menos lo esencial.
Cuando las cosas terminan mal, todo va bien; seis meses después del rompimiento por fin decidió que debía terminar todo lazo conmigo... y así es como las cosas deben ser. (Se burlarán de mí, pero yo sabía que todo esto iba a pasar así)
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