Buscando en libretas viejas repletas de dibujos y memorias estampadas en color pude descubrir mi sentir. Lo encontré ahí envuelto en palabras un poco tontas e incoherentes. ¿Incoherentes? incoherente yo a los dieciséis, incoherente él y todos los que conocí. ¿Tanto me gustaba? ¿Tanto me amaba? ¿Tanto sufría? JÁ! pobre de mí, pobre de mi corazón, pobres todos los que debieron soportarme. Dieciséis (-suspiro-) ahora que lo pienso inicia con la D de drama y dolor.
¡Búrlate! ¡Búrlate de tus propios sentimientos!... de tus sentimientos a los dieciséis.
El tiempo lo cura todo.
Quiero verte a los 25 burlándote de cuando tenías 20.
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