No soy amante de las mentiras, pero esta vez no lo considero mentir. -¡Hoy es mi cumpleaños!- dije desde que me levante esta mañana, en eso habíamos quedado Melina y yo un día antes.
Resultó casi lo qué había pensado, que en sí, mi cumpleaños no había sido aún mi cumpleaños, sino esas horas en las qué todos te hacen la broma de haberlo olvidado y qué toda esa serie de acontecimientos sólo eran parte de eso mismo (lástima, lo segundo fue real real).
Así que fingimos, fingimos todo el día que era el anterior y me sentí muy bien, no por haber tenido un pastel, sino por estar con mis personas favoritas
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